El FROB, el fondo público de rescate de la banca española, podrá determinar qué medidas deben llevarse a cabo para mejorar la situación de algunos bancos o sociedades de inversión, e incluso determinar si son inviables. El nuevo FROB tendrá un presidente ejecutivo y competencias sobre aquellas entidades financieras con unos activos inferiores a 30.000 millones, un 10% del sistema.
Todas las entidades de crédito y empresas de servicios de inversión deberán elaborar, de forma preventiva, un plan de reestructuración que presentarán al Banco Central Europeo, al Banco de España o a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
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